El lardo o fatback (en inglés, “grasa de espalda”) es un corte de carne de cerdo, consistente en la capa de tejido adiposo (grasa subcutánea) bajo la piel de la espalda, con o sin la piel (corteza de cerdo). El lardo se procesa para obtener una manteca de alta calidad, siendo una de las fuentes del salt pork.
El lardo de cerdo es un ingrediente muy valorado en la cocina, especialmente en la gastronomía italiana. Se utiliza en numerosas preparaciones culinarias, tanto para dar sabor como para mejorar la textura de los platos. Su alto contenido de grasa le confiere una textura suave y untuosa, lo que lo convierte en un ingrediente ideal para embutidos, salsas y guisos.
En España, el lardo de cerdo es una opción cada vez más popular entre los amantes de la cocina tradicional y gourmet. Su versatilidad en la cocina permite utilizarlo en una amplia variedad de platos, desde el clásico “pan con lardo” en Italia hasta la tradicional “sobrasada” en Mallorca.
El precio del lardo de cerdo puede variar dependiendo de la calidad y la marca. En general, se puede encontrar a partir de 5 euros por kilogramo en tiendas especializadas y carnicerías. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el lardo de cerdo de mayor calidad y procedencia artesanal puede tener un precio más elevado.
A continuación, se muestra una lista de algunos platos y preparaciones culinarias en los que se utiliza el lardo de cerdo:
– Pan con lardo: una receta tradicional italiana que consiste en untar rebanadas de pan con lardo de cerdo y asarlas a la parrilla. Se sirve caliente y suele acompañarse con otros ingredientes como queso, hierbas aromáticas o aceitunas.
– Pasta alla carbonara: un plato clásico de la cocina italiana, en el que se utiliza lardo de cerdo para dar sabor y cremosidad a la salsa. Se combina con huevos, queso parmesano o pecorino rallado y pimienta negra.
– Sobrasada: un embutido típico de Mallorca, que se elabora con carne de cerdo picada y lardo. Se sazona con sal, pimienta y especias, y se deja curar durante varios meses. Se suele untar en pan tostado o se utiliza como ingrediente en otros platos.
– Guisos y estofados: el lardo de cerdo se utiliza en muchos guisos y estofados para aportar sabor y jugosidad a la carne. Se puede utilizar tanto en trozos como en forma de panceta o tocino.
¿Qué parte del cerdo es el lardo?
El lardo es una parte del cerdo que se obtiene del tejido graso subcutáneo. Es una capa de grasa blanca y consistente que se encuentra en la zona abdominal del cerdo, entre la piel y la carne. Se caracteriza por tener una textura suave y un sabor intenso y jugoso. El lardo se utiliza principalmente en la cocina italiana, donde se utiliza para mejorar el sabor y la textura de diversos platos.
El lardo se ha convertido en un ingrediente muy valorado en la gastronomía, ya que su grasa tiene un alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados, lo que lo convierte en una opción más saludable que otras grasas animales. Además, su sabor y textura lo hacen ideal para darle un toque especial a platos como pastas, pizzas, panes y embutidos. En la cocina italiana, el lardo se utiliza para untar sobre pan tostado, como relleno en la preparación de carnes y aves, o como ingrediente principal en platos como el famoso “Spaghetti alla Carbonara”.
¿Qué tiene la grasa de cerdo?
La grasa de cerdo, también conocida como manteca de cerdo, es una sustancia sólida a temperatura ambiente que se obtiene del tejido adiposo del cerdo. Esta grasa es ampliamente utilizada en la cocina debido a su sabor y textura característicos.
En cuanto a su composición, la manteca de cerdo contiene proporciones considerables de ácido palmítico, ácido esteárico, ácido oleico y ácido linoleico. Estos ácidos grasos son los principales componentes de la grasa de cerdo y determinan sus características nutricionales. El ácido palmítico es un ácido graso saturado, mientras que el ácido oleico y el ácido linoleico son ácidos grasos insaturados. La proporción entre ácidos grasos saturados e insaturados en la grasa de cerdo puede variar dependiendo de la alimentación del cerdo y otros factores.
Además de los ácidos grasos mencionados, la grasa de cerdo también contiene pequeñas cantidades de ácido palmitoleico y trazas de ácido linolénico, ácido araquidónico y ácido mirístico. Estos ácidos grasos están presentes en cantidades mucho menores, pero también contribuyen a la composición de la grasa de cerdo.
¿Cómo se llama la grasa del chicharrón?
La grasa del chicharrón se conoce como manteca de cerdo. Esta grasa se obtiene a partir del tejido adiposo del cerdo y se utiliza en la cocina para freír alimentos o como ingrediente en diversas preparaciones culinarias. La manteca de cerdo es una grasa saturada, lo que significa que es sólida a temperatura ambiente. Sin embargo, a diferencia de otras grasas saturadas, como la mantequilla, la manteca de cerdo contiene un alto porcentaje de ácidos grasos monoinsaturados, lo que la convierte en una opción más saludable.
Además, la manteca de cerdo es rica en vitamina D, vitamina E y vitamina K, así como en minerales como el hierro y el zinc. Estos nutrientes son esenciales para el buen funcionamiento del organismo y contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la salud de los huesos y prevenir enfermedades cardiovasculares. Aunque la manteca de cerdo es alta en calorías y grasas, consumida con moderación y dentro de una dieta equilibrada, puede formar parte de una alimentación saludable.
¿Cómo se llama la carne de cerdo con grasa?
La carne de cerdo con grasa se conoce comúnmente como pecho o pechito. Esta carne se obtiene de la zona de la panceta del cerdo, por lo que contiene una cantidad considerable de grasa. El pecho o pechito incluye huesos de las costillas, lo que le proporciona un sabor y una textura característicos.
El pecho o pechito de cerdo es muy apreciado en la cocina debido a su alto contenido de grasa, que le aporta jugosidad y sabor. Esta capa de grasa, cuando se dora adecuadamente, puede ofrecer un crujiente delicioso que complementa perfectamente la carne. Además, la grasa presente en el pecho o pechito de cerdo ayuda a mantener la carne jugosa durante la cocción.